La limpieza de las sillas es de esas tareas que, no sé por qué, siempre dejamos de lado, sobre todo si se trata de sillas tapizadas ya que supone un engorro y cuando vamos con prisa (¡las famosas prisas de la limpieza!) preferimos centrarnos en otras zonas.
En mi caso, tengo sillas de PVC (y encima negras) por lo que solo tengo que pasar una bayeta húmeda y listo per sé que en la mayoría de las casa el material es otro y la tarea se complica.
A continuación te voy a enseñar varios trucos para realizar una correcta limpieza de las sillas de forma rutinaria que te hará ahorrar tiempo.
¿Cómo limpiar una silla?
Las sillas son a menudo uno de los muebles que más se pasan por alto cuando se trata de limpiar. Sin embargo, con algunos consejos simples, las sillas se pueden limpiar fácilmente y mantener su apariencia como nueva.
Lo primero es comprobar si tiene fundas que se puedan quitar para lavarlas aparte, en ese caso asegúrate de seguir las instrucciones de cuidado en la etiqueta. A continuación, desempolva la silla con un paño suave o un plumero. Si hay puntos o manchas en la silla, usa un detergente suave (nunca lejía) y un paño húmedo para limpiarlos.
Quitar el polvo de las sillas
Como verás a continuación, limpiar el polvo es el primer paso para una adecuada limpieza de las sillas sea cual sea el material de las mismas.
Evidentemente si las sillas son de madera o plástico es mucho más fácil ya que solo tendrás que pasar un trapo seco y listo, eso sí, te doy mi truco para que no se acumule tanto: