Una de las frases que más escuchamos estos días es «¡Qué calor!», sobre todo si no disponemos de ventiladores o aire acondicionado y nos toca trabajar desde casa, como es nuestro caso. La subida repentina de las temperaturas hace que a veces bajemos a la tienda de electrodomésticos de la esquina y compremos el primer aparato de aire que vemos sin fijarnos en las características y el consumo (muy importante).
No fijarnos en la potencia
La potencia está relacionada con el flujo de aire del aparato. A mayor potencia, más sensación de fresco obtendremos. Esto, normalmente, se mide en metros cúbicos por minuto ( m^3min). Dependiendo del tamaño de la habitación en la que vayas a usar el ventilador debe tener más o menos potencia. Hoy en día casi todos los ventiladores son de bajo consumo, el consumo/hora suele ser de 50W en los ventiladores de pie. Así que estate tranquila porque apenas lo notarás en la factura.
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No barajar los distintos tipo de aparatos según la estancia en la que lo vayamos a poner
Hay ventiladores de aspas para poner en el suelo, sobre una mesa o en el techo y los hay de torre (no llevan aspas y suelen consumir menos energía eléctrica). Ahora también hay otros modelos más modernos que no tienen aspas ni son de torre e incluso tienen otras opciones, además de generar aire, como aromatizar la casa, lanzar iones negativos para neutralizar el ambiente o humidificar.
No fijarnos en si hace ruido
Si lo vas a poner en una estancia pequeña en la que ves la televisión o te lo vas a llevar a la habitación por la noche debes fijarte en que sea silencioso o será muy incómodo e incluso afectará a la calidad del sueño. Cuando lo vayas a comprar fíjate en que no supere los 60 decibelios.
¿Tiene mando a distancia?
Este complemento te facilitará mucho la vida, para no tener que estar levantándote cada vez que quieras subir o bajar la potencia o apagarlo.