Como elegir una sandía y llevarte la mejor de la tienda
En un post anterior hablamos de cómo acertar a la hora de elegir un buen melón y, a petición de una seguidora de Ahorradoras, ésta vez le vamos a dedicar unas líneas a la sandía.
Esa fruta tan colorida que nos ayuda a refrescarnos e hidratarnos en los meses de más calor: julio y agosto, principalmente.
Cuando vamos a la frutería o supermercado a comprar una sandía, habitualmente nos plantamos delante de ellas y las vemos todas iguales.
No obstante, existen estos trucos para saber escoger una sandía madura y dulce.
En qué debemos fijarnos para al elegir una sandía
- Mirar que la corteza no tenga magulladuras, golpes o deformaciones.
- Nos fijaremos en el color de la mancha que suelen tener en una lado ( esta mancha aparece en la zona en que la sandía tiene contacto con el suelo ). Si la mancha es blanquecina o verdosa es porque la sandía aún no está madura y si, por el contrario es de color amarillento, la sandía estará rojita y dulce 😉
- Un indicativo que nos garantizará que la sandía ha sido madurada al sol y no en una cámara frigorífica es que no tenga manchas diferentes al verde de su piel o a la mancha de apoyo en el suelo.
- Teniendo en cuenta que la sandía es agua en un 92 % aprox. su peso debe ser acorde a su tamaño.
- Un último truco que seguro que muchas conocéis, darle unos golpecitos con la palma y, si suena a hueco, es porque está madura.
Cómo conservar la sandía
Aprovecho para compartir unos detalles en cuanto a conservación:
- Las sandías se pueden llegar a conservar en casa alrededor de 2 semanas sin abrir y en un lugar fresco y seco.
- Una vez abiertas las envolvemos con film y las introducimos en la nevera donde se conservan hasta unos 5 días.
Para apreciar más su sabor, nada como sacarla de la nevera un rato antes de comérnosla.
Espero que esto trucos os hayan resultado útiles 🙂
4 comentarios
8 julio, 2013
Inmaculada
Me gusta!!
8 julio, 2013
Marta de midíadía
Jooo, Mapi, mil gracias por estos trucos para escoger mi fruta favorita en condiciones. Normalmente, para no meter la pata, acabo recurriendo a la ayuda de la frutera, con la que ya tengo confianza. Pero así, ya podré comprarla en cualquier parte sin miedo a equivocarme. Eso sí, desconocía lo de la manchita, tendré que volver a fijarme... ¡Feliz díadía!