Cuando hablamos de temas de limpieza y hogar en la comunidad siempre nos sugerís un montón de productos (¡y nos encanta!) sobre todo si son cosas cotidianas que todos y todas tenemos en casa como el vinagre o el bicarbonato de los que os hemos hablado en muchísimas ocasiones.
El problema surge cuando en un mismo espacio utilizamos productos diferentes que son incompatibles entre sí ya que pueden producir una reacción bastante tóxica en nuestro cuerpo. Un ejemplo muy típico suele ser la cocina ya que los numerosos tipos de superficies que encontramos hace que tengamos que usar productos distintos y es bastante fácil que éstos se mezclen entre sí.
Para evitar cualquier problema y utilizar todos los productos de forma segura, a continuación os cuento qué tipo de limpiadores no se deben mezclar bajo ninguna circunstancia. ¡Espero que os resulte muy útil!
LEJÍA+AMONIACO
Una de las mezclas más tóxicas que hay, de hecho, mi madre tuvo un incidente (no muy grave, afortunadamente) ya que no se dio cuenta que e agua del cubo tenía restos de lejía y añadió amoniaco para fregar el suelo. Según nos contó, de repente empezó a toser y a ahogarse y es que, una vez en el médico, nos enteramos de que esta mezcla produce vapores muy dañinos para el sistema respiratorio.
LEJÍA+ALCOHOL DE LIMPIEZA
En los últimos años se ha puesto muy de moda utilizar el alcohol para limpiar y es normal porque deja muy buenos resultados. Eso sí, hay que tener precauciones extra ya que el simple contacto de ambos productos puede causar daños serios en el sistema respiratorio, nervioso, e incluso vómitos y mareos debido a sus altos niveles de cloroformo.
LEJÍA CON VINAGRE
Como veis la lejía es un producto que debe utilizarse siempre solo. Aunque ya sabéis que en Ahorradoras somos fanáticas del vinagre en la limpieza, combinarlo con lejía es muy peligroso ya que el vinagre hace que la lejía desprenda vapores tóxicos muy dañinos para nuestros pulmones.