Consejos para ahorrar en la factura de la luz
Siempre que pensamos en cómo ahorrar más dinero, tenemos que poner el foco en los gastos que son inevitables. Sin embargo, ya sabes que inevitable no tiene por qué significar caro. Uno de esos gastos es la factura de la luz. Día tras día podemos poner en práctica varios consejos que nos ayudarán, poco a poco, a gastar menos luz y reducir la factura. ¡Vamos a ello!
Comparar tarifas de luz
De poco te servirá tratar de gastar menos luz si tienes un contrato muy caro. Lo primero que debes hacer es ver si tu factura de la luz es la que mejor se adapta a tu estilo de vida. Para ello, coge la última factura que hayas recibido y mira especialmente dos conceptos: el término de la energía y el término de la potencia.
El término de la energía es el precio de cada kWh, es decir, lo que pagamos por la electricidad que consumimos. Es en este concepto donde notaremos que estamos ahorrando cuando sigamos el resto de consejos. El término de la potencia es el valor de la cantidad de electricidad que queremos tener disponible para usar a la vez. Se paga por kW y es un precio fijo al mes, es decir, que dará igual si aprovechamos al máximo esta capacidad o no, ya que se nos cobrará por tener disponible esa cantidad y evitar así que salten los plomos.
Antes de lanzarte a comparar precios, es bueno que mires cuál es el tipo de contrato que mejor te viene. Como ya sabrás, hay tarifas que ofrecen la tranquilidad de un solo precio fijo durante todo el día mientras que otras abren la mano a más oportunidades de ahorrar, poniendo precios distintos a diferentes tramos. Piensa en las horas que pasas en casa o si te compensa tener que estar mirando qué hora es constantemente antes de tomar una decisión.
A la vez, también puedes ahorrar bastante dinero si calculas cuánta potencia necesitas. Así, podrás ajustarla y evitar pagar de más. En especial, puedes ajustarla mucho si tienes una segunda residencia a la que solo vayas, por ejemplo, en verano. Aun así, siempre te recomendamos usar un comparador para contratar la luz más barata. Los precios cambian constantemente y es bueno que revisemos las mejores tarifas, al menos, una vez al año.
Aislar la casa correctamente
Hay dos momentos en el año en los que la factura de la luz se suele disparar: en verano, cuando el calor nos obliga a tener que poner el aire acondicionado durante muchas horas, y en invierno, cuando nuestra mejor amiga es la calefacción. Para evitar esos picos de luz, es muy importante que podamos aislar térmicamente nuestra casa. Así, la casa se mantendrá durante más tiempo a una temperatura agradable.
Si tenemos algo de dinero ahorrado, cambiar las ventanas puede ser una de las mejores inversiones que podemos hacer. Las ventanas y cerramientos modernos están especialmente diseñados con este objetivo en mente, mientras que si todavía tenemos diseños más antiguos estaremos desperdiciando mucha energía. También podemos aprovechar cortinas y persianas para evitar que incidan directamente los rayos del sol en verano o guardar mejor el calor en los meses fríos sin tener que hacer obras.
Comprar electrodomésticos eficientes
Aunque la forma que tenemos de utilizar los electrodomésticos es un factor decisivo, también podemos ahorrar muchos euros a largo plazo si compramos electrodomésticos que necesiten utilizar menos electricidad, es decir, que sean más eficientes. La mejor forma de saber qué electrodoméstico es más eficiente es consultando la etiqueta energética homologada por la UE. Esta etiqueta clasifica a los electrodomésticos de más eficientes (etiqueta A) a menos eficientes (G). Aunque los electrodomésticos más eficientes son más caros, en un par de años habrás rentabilizado la inversión.
También hay tecnologías que son más eficientes que otras. Un caso claro es la cocina de inducción frente a la vitrocerámica o a las de gas. Las cocinas de inducción permiten aprovechar mejor todo el calor que se genera, ya que solo calienta la superficie de la olla o sartén que se esté utilizando. Además, también son más rápidas. ¡Ser eficiente es todo ventajas!
Moderniza tu hogar
Cada vez son más los dispositivos que nos permiten controlar lo que pasa en casa. Desde el teléfono móvil, podemos controlar, por ejemplo, si queremos que el robot aspirador se ponga en funcionamiento o programar a qué hora queremos que el robot de cocina tenga lista la comida. De igual modo, también podemos programar en qué momento bajar las persianas y hacer que las bombillas se vayan encendiendo paulatinamente para aprovechar al máximo la luz natural. Lo mismo ocurre con la calefacción y el aire acondicionado, que se pueden programar para alcanzar (y, especialmente, mantener) una temperatura óptima.
Tener todas estas posibilidades en nuestra mano nos ayuda a gestionar mejor la electricidad que gastamos. Por ejemplo, evita utilizar las bombillas a plena potencia desde el primer momento o tener que poner a calentar comida que se haya preparado con bastante antelación.
Desenchufa los aparatos que no uses
Por último, aunque podríamos seguir profundizando en situaciones en las que podríamos ahorrar electricidad, destaca un gasto que pasa desapercibido. Muchos dispositivos, como los televisores, siempre mantienen un pequeño hilo de corriente activo. Esta electricidad es la que les permite responder a las señales del mando a distancia para, por ejemplo, encenderse.
También es habitual que tengan alguna clase de luz encendida que marque que está solo en reposo y no completamente apagado.
Si solo miramos el gasto de un mes, podemos pensar que no supone apenas nada. Sin embargo, a largo plazo, es uno de esos gastos hormiga de los que tanto hablamos aquí, en Ahorradoras, y que podrían hacernos perder varios euros al mes.