A menudo nos encontramos gastando dinero en cosas que no necesitamos realmente. En Ahorradoras hemos hablado en muchas ocasiones de ese tipo de gastos, algunos conscientes y otros que ni siquiera controlamos, como los conocidos “gastos hormiga”, es decir, aquellos que son muy pequeños, pero que sumados a final de mes suponen un agujero en nuestro bolsillo
Algunos de estos gastos son obvios, como salir a comer en un restaurante de lujo, mientras que otras son más sutiles, como tomar un café fuera de casa cada mañana. Aunque estas compras pueden parecer pequeñas, a lo largo del tiempo, pueden sumar una cantidad significativa de dinero.
Precisamente porque a veces estos gastos son difíciles de detectar, hoy te vamos a contar cuáles son los más comunes para que seas consciente de ellos y puedas decidir si son prescindibles.
Con esto no quiere decir que tengas que dejar de hacer esas pequeñas cosas si te gustan de verdad, pero es importante que las conozcas para poder decidir si podrías eliminar alguna y dedicar ese dinero a tu fondo de ahorro, por eso te vamos a ayudar a identificarlas para tenerlas a raya. ¡Vamos allá!
10 hábitos que te cuestan dinero
Comer fuera con frecuencia
Una de las cosas que nos cuestan mucho dinero es comer fuera con frecuencia y ¡ojo!, no solo estoy hablando de comer en restaurantes, sino de comprar a diario ese tentempié de media mañana en la primera tienda que encuentres, pedir comida a domicilio a menudo o simplemente comer en restaurantes de comida rápida pensando que son muy baratos.
Por lo tanto, es fundamental prestar atención a todos los gastos que hacemos en comida fuera de casa, no solo en restaurantes, para tener una idea clara de cuánto dinero estamos gastando. Si bien salir a comer de vez en cuando es una forma de disfrutar de la comida y socializar con amigos y familiares, es importante hacerlo con moderación para mantener un presupuesto saludable.
Comprar ropa innecesaria
Otra cosa que nos cuesta dinero es comprar ropa que no necesitamos realmente. Muchas veces, compramos ropa porque está de moda o porque la vemos en una tienda y nos gusta. Sin embargo, si ya tienes suficiente ropa en tu armario, es posible que no necesites más. Una forma de ahorrar dinero en ropa es hacer una lista de lo que realmente necesitas y ceñirte a ella.
No revisar los precios y ofertas
Otro error común que nos cuesta dinero es no revisar los precios y ofertas, sobre todo de productos básicos que necesitamos. Puede parecer una pérdida de tiempo (a mí me lo dicen muchas veces) pero realmente solo te llevará unos 10 minutos y el resultado será un gran ahorro cada mes, sobre todo en estos tiempos de inflación desmedida que estamos viviendo.
No comparar precios y marcas
Un hábito que nos cuesta dinero (y mucho) es no comparar precios y marcas. Muchas veces compramos un producto en la primera tienda que encontramos o elegimos una marca específica sin considerar otras opciones. Al comparar, es posible encontrar ofertas y opciones más económicas, sin sacrificar la calidad. Al igual que en el caso anterior, es importante tomarse un tiempo para elegir el producto adecuado y no dejarnos llevar por el impulso comprador.
No utilizar cupones y descuentos
No utilizar cupones y descuentos es otro error que nos cuesta dinero. Si eres seguidor o seguidora de Ahorradoras, sabes que para nosotras se trata de un recurso imprescindible a la hora de ahorrar, sobre todo en las compras diarias en el súper.
Pagar por servicios innecesarios
Es muy común encontrarnos pagando por servicios que en realidad no necesitamos o que no estamos utilizando plenamente, lo que resulta en una pérdida innecesaria de dinero. Un ejemplo frecuente es el pago de suscripciones a servicios de streaming de música o video. Muchas personas se suscriben a varios servicios de este tipo, pero en realidad solo usan uno o dos de ellos con regularidad. Otro ejemplo pueden ser los gimnasios.
Si estás pagando por servicios que no estás utilizando, entonces es el momento de cancelar esas suscripciones y ahorrar dinero.
Yo lo que suelo hacer es comprobar mis suscripciones cada tres o cuatro meses y así me resulta más sencillo evaluar que cosas puedo dar de baja.