Lo primero es eliminar el polvo con un cepillo suave, un plumero o una brocha seca de cerdas naturales. También puedes agilizar este proceso utilizando un aspirador de mano al que le puedas adaptar un cepillo, esto reducirá el esfuerzo al máximo y sabes que en Ahorradoras somos muy fans; puedes consultar los mejores aspiradores escoba y de mano AQUÍ.
Cuando hayamos eliminado los restos de polvo y tierra (en caso de ser muebles de exterior) toca limpiar las posibles manchas. Para ello necesitaremos agua caliente con jabón, puedes añadir jabón neutro o lavaplatos. Escurre bien el trapo (uno que no suelte pelusas) y pásalo por todo el mueble. Si se trata de mimbre natural deberás humedecerlo lo mínimo posible, si es sintético puedes aclararlo con la ayuda de una manguera o un pulverizador y luego dejar que se seque a la sombra.
Aunque no hayas mojado mucho el mimbre o el rattan natural lo mejor es que lo seques bien con un secador de pelo a baja potencia para que no se pudra con la humedad y sea un nido de hongos. Evita utilizar lejías y productos abrasivos. Pero si quieres eliminar malos olores puedes poner un tapón de amoniaco en un cubo con agua y pasar una bayeta bien escurrida por todo el mueble.
Como toque final, te dejo un truco que usaba mi abuela: pulverizar el limpiador de muebles Pronto (el de toda la vida, en aerosol) sobre el mimbre y pasar un trapo para que quede brillante y protegido, además le quedará un olor estupendo. Truco extra: si cuando estás limpiando ves algún «palito» fuera de su sitios córtalo con cuidado para que no se deshaga 😉 Y ahora si, hasta aquí estos trucos sencillos y prácticos para limpiar muebles y objetos de fibras naturales como el mimbre, el rattan o el bambú.