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Cómo hacer una tortilla de patatas sin huevo

-Articulo invitado-

¡Hola, hermosuras! Vengo con una tortilla de patatas recién hecha y diferente.

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“PLANIFICACIONFINANCIERA”

Hace tres años que decidí ser vegana (no consumir nada de origen animal) y, claro, está muy bien hacerlo por amor a los animales pero a una le gusta comer y no renunciar a algunos sabores, así que, para ser fiel a mis principios y a mi estómago me puse a buscar recetas de todo tipo y a experimentar como nunca en la cocina. Entre otras, apareció la de tortilla de patatas sin huevo y al final, después de probar varias combinaciones hice la mía propia. Nada que envidiar a la tortilla tradicional.

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En la receta os recomiendo usar “sal negra” o KALA NAMAK y muchos diréis, “Ainhoa, ¿qué es esto? Cosas raras no, ¿eh?” Es opcional pero es el responsable del sabor a huevo. Es una sal de origen volcánico y tiene esa peculiaridad, la puedes encontrar en herbolarios y grandes superficies, ronda por los 2€ (100gr aprox.) o en tiendas online especializadas o tiendas veganas, y te dura muchísimo tiempo sin caducar ni perder propiedades, ni nada, además se usa pequeñas cantidades en la cocina pues sala mucho (ojo, no te pases) así que, te la recomiendo: cómprala, a mi me dura más de un año y la uso con frecuencia. Mejor molida que granulada pero a las malas, con un molinillo, la mueles en casa.

Este receta es sin huevo, sin lácteos, sin aceite y sin gluten. Con ingredientes baratos y fáciles de conseguir. Aproximadamente salen 4 raciones generosas o 6 para acompañar con otro plato (a mí me gusta optar por crema de verduras o sopa) u 8 raciones si la ponemos para “picar”.

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Necesitaremos:

  • Un kg de patatas (unas 6 unidades)
  • 1 cebolla
  • 2 cucharadas de Maizena (almidón de maíz)
  • 6 cucharadas de harina de garbanzo (100gr aprox.)
  • 500 ml agua
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 1 cucharadita de sal negra (KALA NAMAK)
  • 1 cucharada de vinagre de manzana (o de vino blanco o zumo de limón)
  • Sal al gusto (yo usé un pellizco)

¡COMENZAMOS!

Pelamos patatas y cebolla y con la mandolina las cortamos a rodajas no muy finas, le echamos un pellizco de sal y mezclamos.

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Las cocinaremos en una “freidora sin aceite” (¿otra cosa rara, Ainhoa?) es una máquina que no necesita aceite y cocina mediante aire y unas resistencias. La compré hace dos años por 50 euros en una tienda de segunda mano, NO GASTAS ACEITE con lo caro que está el de oliva virgen extra y te despides de las grasas extra… La mía es Actrifry de Tefal y está ya cascailla y aguanta.} Durante unos 30 minutos más o menos, si no quieres que se dore mucho la cebolla, añádela después de pasados unos diez minutos. Los fabricantes recomiendan una cucharada de aceite, puedes usarla si quieres asegurarte que queden bien. (Yo no uso)

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Si no tienes esta máquina mágica puedes asarlas en el horno hasta que estén tiernitas (también aproximadamente serán unos 30 minutos, sin aceite, con agua y sal) a unos 180-200º.

En un bol alto, vertemos el agua (depende de en qué zona estéis puede ser del grifo o embotellada, en Murcia por ejemplo, es durísima) y tamizamos las harinas (es opcional pero yo lo prefiero para evitar grumos) con la cúrcuma y la kala namak.

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Después batimos con la batidora o a mano hasta que se quede espumoso y no muy líquido. Echamos las patatas en nuestra mezcla de “huevo” y removemos.

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Ponemos una sartén antiadherente a fuego bajo (es importante que sea buena, si no estás segura puedes pincelarla con aceite) a los minutillos, cuando esté caliente, vertemos nuestra mezcla y, con una pala de madera, vamos de vez en cuando separando de los bordes y moviendo la sartén para evitar que se pegue.

Es importante que el fuego esté bajo para que se vaya cuajando bien, a los 4 minutos más o menos, (mi cocina es de gas) le daremos la vuelta como a cualquier otra tortilla, si tienes la suerte de tener la doble para tortillas, perfecto, si no, con un plato y volvemos a dejar otros cuatro minutos. Damos la vuelta para ir dejando el colorcillo que a nosotros más nos guste.

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Al sacarla, podemos usar otro pellizquito de sal negra y distribuirlo por la superficie para que con el calor vaya cogiendo algo más de sabor a huevo, pero, como os digo, sala mucho, hacedlo con moderación. Tenemos que esperar unos minutos a que se enfríe un poco (aguanta, sé que huele de escándalo) para que termine de cuajar y tenga una textura ideal.

Nota: hay variaciones como, por ejemplo, usar la mitad de la cantidad de agua (250ml) de bebida vegetal como arroz o soja para que se quede más gustosa, siempre que sea SIN AZÚCAR, puedes añadir una cucharadita para café de bicarbonato para que quede más esponjosa. Puedes sustituir una patata por medio calabacín y te queda de vicio o, por un pimiento a tiras (lo añadiríamos 15mint después que las patatas a la “freidora” o si es en el horno a la misma vez), puedes también sustituir la mitad de patata (500gr) por boniatos y está espectacular, es sin lugar a dudas, la favorita de mi prometido.

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Esta receta te da mucho juego, también la he hecho con acelgas, con espinacas, guisantes, espárragos… una maravilla, vamos. Así que, si estás pensando en dejar de consumir huevos, eres alérgico o eres vegan (¡choca esos cinco!) ésta es tu receta y, lo mejor es que puedes usarla como base y experimentar hasta que quede a tu gusto de textura y sabores.

Coste

  • Un kg de patatas: 0,80€ aprox.
  • 100gr de harina de garbanzo: 0,30€ aprox.
  • Agua, sal, cúrcuma, maicena, cebolla, vinagre, kala namak… de chiste. Por 2€ o menos tienes comida para cuatro 😉

Podéis seguirme en https://www.instagram.com/lachispavegana/ donde subo cada día lo que como (sin derivados animal ni gluten, a excepción de la avena que la uso de vez en cuando), además actualmente estoy haciendo números para comer sano y equilibrado rondando el 1,50€ el día completo con 5 comidas.

¡Un besazo y espero que disfrutéis de vuestra tortilla!

2 comentarios

  • 30 octubre, 2016

    Conchi

    tienes razón. Con huevo es la mayor delicia del mundo. Pero los que somos alérgicos al huevo, de esta manera tenemos la oportunidad de seguir disfrutando de este manjar, sólo que no está ni la mitad de bueno. tiene mucho sabor a la harina de garbanzo buf

    • 5 noviembre, 2016

      Ainhoa

      Con el vinagre mata el sabor a harina de garbanzo y con la sal negra le da el toque a huevo :)

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