Cómo Tomar Excelentes Decisiones conociendo el Coste de Oportunidad
Te he hablado de él en varios post de economía doméstica que he ido publicando para ayudarte en tu tarea de ahorrar y he recibido varias preguntas de seguidoras que en su firme intención de ahorrar necesitaban aclarar dudas sobre qué es realmente el coste de oportunidad.
Si has leído mi libro «Ahorradoras» ya sabrás qué significa ésta y otras expresiones imprescindibles en una actitud ahorradora pero en este post te hablaré en concreto de este término, muy ligado al objetivo de ahorrar.
¿Qué es el Coste de Oportunidad?
A modo muy resumido viene a ser a qué beneficios futuros renuncias empleando una cantidad de dinero determinado comprando un bien. Digamos que respondería a «qué puede suponer en tu economía no disponer de ese dinero que ahora vas a gastar en tal o cual cosa».
También podemos llevar la expresión al terreno de la inversión; entre dos opciones de invertir dinero o ingresar en una cuenta de ahorro, por ejemplo, cuál es el dinero que habrás dejado de obtener por haber escogido una opción y no la otra.
Simplificándolo mucho y llevándolo al campo de la economía doméstica diaria, que es la que nos interesa a aquí; supón que es casi la hora de comer, llevas 4 euros y tienes la posibilidad de comprar un menú de bocadillo con un refresco y un café o bien varias verduras, una botella de agua, una pechuga de pollo y unas cuantas frutas. Entre ambas opciones deberás escoger la que tenga un menor coste de oportunidad para ti pues ¡ojo! para cada uno de nosotros puede ser distinta la opción idónea.
A simple vista podemos decantarnos por la segunda opción que, evidentemente, nos permitirá sacarle más partido a nuestro dinero pues cundirá más al incluir más productos a la vez que éstos son saludables pero según el caso, el tiempo que nos lleve ir a las distintas tiendas a comprarlos y cocinarlos puede suponer un coste de oportunidad más caro pues emplea más tiempo nuestro que, según la situación, puede invertirse de manera más rentable.
Te pongo un ejemplo propio: cuando salgo de viaje de trabajo, principalmente, cuando voy a Barcelona que me queda a 2 horas de aquí (3 si voy en regional cuando no tengo más remedio), para que el día me cunda y pueda realizar tantas reuniones como tengo programadas, opto por trasladarme en taxi (por norma general de MyTaxi, creo que ya te hablé).
Está claro que, en según qué trayectos, ir en metro me saldría más económico (cada vez la diferencia es menor, aún así), pero el ir de puerta a puerta con el taxi me supone un ahorro de tiempo que no me puede dar el metro o el bus y me permite tener toda mi energía disponible para las reuniones, poder realizarlas todas en esa franja horaria que estaré en la ciudad y evitar tener que hacer noche en Barcelona, que es cara, pero cara cara… (Yo lo único que he encontrado hasta la fecha con buena relación calidad precio (según qué zona busques) es este hotel. Si encuentro más alternativas las compartiré por si buscas un hotel barato en Barcelona. Si las conoces, te agradezco mil me dejes tu comentario).
Por supuesto esto me evita no tener que volver al día siguiente, a excepción de si se trata de un congreso de varios días que ahí el tratamiento que le doy a los recursos tanto económicos como de tiempo ya es diferente y daría para otro post :-).
Como ya imaginarás, salvo que haga noche, las comidas son bastante rápidas para no perder tiempo. Ésta es la del otro día en el congreso BizBarcelona, una hamburguesa riquísima de 200grms. de ternera con queso de cabra, rúcula y más cosillas ricas y una cerveza (hacía un calor que el cuerpo no me pedía otra cosa :D). En el mismo recinto del congreso, rapidito y a seguir. Mi madre vio la foto en mi Facebook y me envió un Whatsapp diciendo : – ¿Pero estás comiendo en el suelo? Si te da esa sensación (con razón) que sepas que no, estaba más alto, a la altura de un banquito (entiendo que es difícil imaginarlo…jajaja).
Por la noche ya empecé a bajar el ritmo y cenamos de categoría superior :D, jaja, como te conté en redes sociales, en un restaurante con un buen descuento conseguido en El Tenedor. Gracias a esa promo nos pudimos permitir celebrar un aniversario en un restaurante que no habría encajado en nuestro presupuesto habitual. Para esa noche nos daba un 40% de descuento y quisimos aprovecharlo. Las de las capitales tenéis mucha suerte con esta aplicación de reserva de restaurantes, tenéis un surtido alucinante ^_^.
Esta es la publicación que colgué en Facebook.
Aquí la de Instagram. Si no nos sigues, te invito a hacerlo. Subimos fotos muy chulis aunque esta vez fuera similar :-).
Volviendo a lo del coste de oportunidad y relacionado con el ejemplo que te ponía más arriba, ante tomar la decisión de comprar alimentos como la carne, frutas, verduras y otras de las maravillas que nos regala la naturaleza, no siempre conviene decantarse por la opción/tienda/variedad más económica pues no invertir en la salud también tiene su coste que a la larga puede traducirse en tener que consumir más medicamentos.
Como ves, el coste de oportunidad puede diferir mucho pues cada persona tiene unas prioridades pero, como siempre te digo, lo importante es saber que existe este coste, aprender a detectarlo y, a partir de ahí, sacar tus propias conclusiones, todas respetables.
Me gustaría que me dejaras un comentario con ejemplos que se te ocurran o experiencias que has vivido en las que creas que tiene algo que ver el coste de oportunidad.
Y acabo con una frase sobre el valor del tiempo que siempre me ha gustado ya que las oportunidades, y el buen uso de ellas repercutirán en nuestro dinero pero también en nuestro tiempo. De nosotras depende darles el mejor uso que sea posible.
¿Amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo, porque ese es el material de que está hecha la vida. Benjamín Franklin
1 comentario
13 julio, 2016
Noelia
Buen análisis del coste de oportunidad llevado al terreno doméstico! Efectivamente, lo barato a veces puede salir caro, y por otra parte, hay determinados aspectos difíciles de cuantificar económicamente hablando, como es el ahorro de tiempo en trayectos o le energía que consumes al cocinar un producto, pero no debemos olvidarnos de ellos a la hora de tomar decisiones de consumo. Gracias Mapi!